X. Inhalar sexo sin amor.

Nadie quiere echarse a la perdición. Pero la pasión es más excitante que el amor. En ese momento, me siento digna de ser una perra. Libre. . .

. . . Nadie se atreve a pisar más allá del límite, y si lo haces, los demás te escupirán.

“Ellos dicen que eres algo anormal, que irás al infierno y que nunca encontrarás paz; Ellos te hablan del amor y la igualdad. Ellos se olvidaron que no son Dios, ni su representación terrenal.”

"He dejado volar el alma, vivo de instintos. Aún percibo el dolor, pronto acabará"

-Deja el amor y lo romántico un momento, hablemos más de lo carnal.- le susurré.

-Vivámoslo sin miedo a destruir un corazón.

-Dime qué hacer.

“

Ellos sólo se acuestan con un maniquí. Se olvidan de los sentimientos.

Soy sólo carne con perfume: Una combinación de sexo.

Los huesos se retuercen de satisfacción. Los problemas parecen desaparecer. . .

Saben. . . no importa cuántas veces me equivoque, no importa cuántas veces tropiece, no importa cuántas veces el rostro se derrame en el charco.

Seré una perra libre.

No lloraré por las noches, no fumaré en tu nombre, no beberé y ni tendré sexo pensando en ti.

Sí el dolor decide irse de mí, no importa ya, porque de esta manera ahora soy.
No te culpo, ni te deseo lastimar. Muchos hombres hubieran hecho lo mismo en tu lugar.

No odiaré tus besos, ni odiaré cuando hacíamos el amor.
Odiaré en gran parte tus palabras, que tal vez te hacían diferente.
Me enamoraste, me enredaste. . .

Nadie vivió mi cuerpo como tú lo hacías,
nadie beso mis labios cuando no traía puesto Labiales Rosas de Mary Kay.

De cierta manera me aceptaste en lo cotidiano.

El pavimento mojado, el alumbrado público me despeja de la oscuridad, los tacos suenan con cada paso, el cigarrillo entre los dedos, el vestido corto que hacen desnudas las piernas, la misma cartera por las noches, el mismo labial Dior Addict Lipstick

. . . La misma mujer perdida. La misma prostituta cara. Los mismos sueños truncos.

-Un café, la noche cae sin piedad-

      Y en mi mente ya no hay caminos por donde andar.

No lo eh logrado todo.

Tampoco perderé todo en juegos de azahar. 
Es como caminar a ciegas. Los golpes ya no duelen por costumbre. 
No tengo nada que arriesgar si juego al póker.

No tengo nada que apostar en el juego del azahar.

Ya no tengo nada que perder. . .

Siguiendo mi camino, una mujer se acercó hacía mí. Sus ojos fijos, su decisión clara, puso entre mis manos un papel. Este decía:

“NO PERDAMOS LA FE, NO ARRUINARAS LA VIDA DE LOS DEMAS.
LAS PROSTITUTAS IRAN AL INFIERNO”

Las personas dicen que el sexo, las drogas y la homosexualidad pertenecen a la oscuridad.

Creo que se olvidaron que detrás de cada una de esas palabras existen millones personas luchando por no perder la vida, la fe. La fe de que algún día sus esfuerzos valieron la pena, y que los gritos y el ingreso al infierno no se vean ofrecidos en una hoja de papel como cual fuese un ingreso al cine.

Por las noches estoy cansada de las pestañas postizas, de los dedos que te señalan.

No puedo seguir con esto, no puedo echar fuerzas a los pasos.
A veces me quiero rendir. Caer no cuesta nada.

Nadie sabe de mí, ni de mis lágrimas.

PROSTITUTA, RESBALOSA, PIRUJA, PERRA, ZORRA. Ellos sólo te escupen, no saben nada.

Disfrazan sus insultos en dignidad, en principios. . . de esa manera suena justificable.

Todos sólo ven tacos 11, labiales Rosas de Mary Kay, casacas de cuero. Nadie sabe las plegarias nocturnas. Sólo escupen.

“Soy una guerrera, de esas de las que luchan por las noches.”

Ser una perra libre se trata de ser fuerte, de tener las garras suficientes para poder decirle stop a tus impulsos.
Se trata de mirarte y cómo quieres que los demás te miren.

A veces pienso, me propongo, ser una de esas personas a las que no les importa lo que piensan los demás de ella. Pero no es así.

Ser quien quieres ser, sin miedos, sin temores, sin prejuicios, hoy es aventarse al abismo. Pero. . . no me rendiré, ya no una vez más. Lucharé por dignidad, aunque ellos apunten firmes que no la tengo. Entonces lucharé por nada, pero lucharé, porque ya no tengo nada que perder.

Seré una guerrera, una de aquellas que sólo viven  de noche. De plataformas de 15 centímetros.
Ser una perra libre no es sexo explícito. Es vivir luchando diariamente con todo el mundo, es ser libre en todo aspecto y ser fuerte para poder seguir en el camino. Es no rendirte y seguir usando el mismo aroma chanel.

"Nadie desea perder la cabeza. Pero es preferible perderla en el alcohol que pensando en él"

A veces me gustaría pensar que no estoy sola. Que detrás de mí existen varios corazones esperando el retorno a casa. Para así poder caminar firme, con fuerzas en los pasos. Para no defraudarlos.

Para luchar por su amor. Para ser mejor cada día, para decidir matar estas ganas que a veces me llevan al sexo como refugio. 

No voy a perder la cabeza, no una vez más.

No eh aprendido aún lo suficiente de la vida.
Beber, ponerte como loco al experimentar todas las sensaciones de las drogas; No es vivir. Recién lo acabo de descubrir.

-Mírame, las drogas no me consumen. Ni mucho menos el alcohol. Estúpidos son los que piensan que han vivido suficientes por tener en tope completo sus fines de semana.

Esta es mi plegaria, Señor. . .

Echaré fuerza a mis pasos. . . Miradas tímidas a mi alrededor, parecen escupir, insultar, sus ojos penetran la piel.

Caminar frente a ellos, como si nada pasara, conteniendo el aire. Fingiendo ser fuerte, muriéndome en mil palabras que no se pueden decir.

No me voy a rendir, ¡No! Iré contra la corriente, no porque quiero, sino porque les quiero demostrar que detrás de mí no sólo hay sexo y drogas, también hay el alma más religiosa.

“

Una persona sin religión, es una persona sin alma. Caminando vagabundo, sin rumbo, sin fin; Y aun así, se puede sobrevivir."

Esta soy yo, una prostituta, esta es mi plegaria, señor. . .

El coito me ha llevado al olvido y la gloria.

Me desvanezco en las faldas de la excitación.

Sin duda, el sexo y la cocaína son la puerta al olvido. La puerta a la satisfacción.

Nada mejor que ellos para adentrarse al corazón.

Por las mañanas no siento el corazón latir.

Un gran vacío se esconde entre mis brazos.

La puerta abierta y la ilusión escaparon por allí.

La sábana desordenada, los cabellos alborotados.

Sólo yo y nadie más, una vez más. No importa en qué habitación sea, pero por las mañanas despierta la misma ingenua con las mismas preguntas dóciles que perturban al corazón.

Nadie quiere echarse a la perdición. Pero la pasión es más excitante que el amor. En ese momento, me siento digna de ser una perra. Libre.