II. Noche en tu piel

La caída del Sol

Frente a un espesor de ideas vagabundas que recorren y rodean mi visión. Se encuentran estas destiñendo el cielo, ocultando el sol y  cometiéndome en un estúpido. Era lógico que hubiera botado todas las posibilidades de volverme suicida, pero no era fácil aguardar los sentimientos repulsivos y confusos que discutían en mi interior.

 Estaba frente a la tarde perfecta: entre colores estrellados que sólo podían existir en el cielo: La puesta de sol, el brillo escondiéndose entre el horizonte.

Estaba contemplando lo que llamaría: La caída del sol.

Caes con un rumbo fijo, no caes por gravedad, sólo sigues la rutina, tu caída es sinónimo de bienvenida al alma desnuda que se libera por tu ausencia, entre las neblinas de la noche.

Ya no puedes tocarme, ni mucho menos observarme, tu ausencia es repulsiva como evidencia de mi agresiva ilusión que no se disminuye con el tiempo. No es que no te quiera a mi lado, sólo es que cuando tú no estas, hay alguien remplazándote y eso me gusta, no es por ser faldero, es por probar un poco más.

Mi reloj marcaba las 5pm, eso para mí significaba dos cosas. La primera: Me había tomado dos horas tratando de esperar la caída del sol. -La sociedad es cómo la caída del sol, tan mixtos, tan diferente, tan confuso, pero a la vez tan únicos; Pueden haber muchos colores en juego, quizá muchos matices, pero todos se encuentran gracias al mismo efecto del sol que causa con el cielo. La sociedad por tan viscosa que sea: somos uno, somos el efecto de nuestros actos- pensé en vos alta.

La segunda cosa: Era momento de partir hacia dónde me indique la sombra de los edificios.

Camine hacia no sé dónde. Entonces pensé: -El barco se perdió entre el inmenso mar, apenas pudo ver el horizonte, y guiarse por donde vea tierra firme para desembarcar, el naufragio no se podía volver eterno, y la muerte no podía llegar en el transcurso-interrumpí mis ideas- Llegué hacia un parque, no tenía la menor idea de dónde estaba parado, sólo sabía por lógica y algo de geografía limeña que había abandonado Miraflores. Me senté con cautela, eran ya casi las 9pm, no sabía que decir, estaba mudo: sin ganas de nada, cómo si a lengua estuviera amarrada.

A lo lejos vi una tiendecilla, entonces me anime a comprar algo, me acerque hacia y ella y pedí un café cargado, mientras la señora de aspecto criollo lo preparaba, yo observaba cuidadosamente lo tan hermoso que era el parque: Las grandes lámparas tratan de asustar a la oscuridad, pero era ilógico lograrlo así que apenas alumbraban un pedazo pequeño de tierra, una pileta de aspecto antaño daba la bienvenida a las personas, los arboles eran bellos, con grandes ramas que sujetaban millones de hojas, creo que lo mas hermoso y lo mas rescatable era que se respiraba un aire de tranquilidad, el silencio acompañaba a las personas que se animaban a visitarlo.

Regrese a la banquilla con el café en manos, estaba ligeramente caliente, lo tomaba de poco en poco para no sensibilizar mi lengua.

La lluvia distorsionaba la frase que había escrito en la vereda, se veía como caían poco a poco los gromos de sustancia blanca, estaba horrible, mi frase había sido rechazada no solo por los demás sino también por la lluvia.

Un frio violento ataco la noche de Lima, las hojas parecían desplomarse de sus ramas, el sonido era relajante, pero el frio penetraba entre los huesos. El abrigo corporal envolvía mi cuerpo, creando una capa de calorías, que eran inútiles ante la intensa lluvia que mojaba todo a su paso, sin importar que sean mujeres embarazadas, bebes, ancianos, o cualquier otra persona que haya salido a estas horas.

“La causa del ser no es sólo vivir, si no aprender a convivir. Los efectos de la existencia dejan como huella la generación de la humanidad; El vivir es pertenecer a un siglo, a un año, a un transcurso que para la historia es un recuerdo más” –HAGAMOS UN MUNDO DIFERENTE-La lluvia me devolvía en moraleja lo que había escrito en la vereda.

Prendí un cigarrillo, la ocasión lo ameritaba: La noche perfecta donde se respira silencio pero no soledad.

El fuego avanza lentamente como avanzan mis ganas de volverte a ver, el consumo interno explotaba en nicotina, el querer tenerte a lado ya no era un deseo si no una realidad: Saqué de mi bolsillo trasero, con un poco de dificultad mi celular, me encargue de llamarte…

-¿Alo?- me susurro con vos de ternura

Sentía un cosquilleo por mi estómago y a la vez sentía cómo si mis pelitos corporales se pararan, entonces le dije -Hola, amor. ¿Dónde estás?-le dije tímidamente

-En casa, por qué

- No por nada, sólo que tenía ganas de verte- le dije con voz tímida, me sentía estúpido hablando por teléfono. Sabía que no era nada adecuado decirle eso por este medio, pero tenía ganas de estar a su lado, había botado mi criterio por los humos del cigarrillo.

-Yo también-me dijo con voz entrecortada e inspirada, prosiguió-Sabes… todos estos días sin ti, han sido depresivos, nunca había tenido en mente comportarme de esta manera, no es que no te quiera o que no me guste la forma de quererte, sólo que cuando me miro al espejo, siento que no soy la misma persona, es como si el corazón discutiera con la razón, evidentemente gana el corazón, pero no solo ha perdido la razón si no también el orgullo.

Era increíble todo lo que podía pasar en mente con tan sólo dos segundos: ESTABA COMPLETAMENTE ENAMORADO DE LA PERSONA QUE ME HABLO POR EL TELEFONO. Sé muy bien que no empleo el “enamoramiento” en mis relaciones, porque creo que el amor es aquella palabra que uno lo dice por desesperación, por deseo, por costumbre y confusión. Y si así fuese, creo que me contradeciría porque entonces “estoy enamorado”. Había perdido la cabeza por esas palabras que me hacían tan suyo.

-Necesito verte, necesito sentirte, no sé qué pasa por mí, pero no quiero desprenderme de esta sensación, es un sentimiento contradictorio: siento miedo, tal vez un poco de temor, pero a la vez me agrada, siento que te voy a perder, pero a la vez siento que te quiero siempre a mi lado. No lo sé, no sé, me siento confundido, pero me siento seguro de querer estar a tu lado-detuve mis ideas, ¡¿Qué me sucede?! ¿En realidad estoy perdiendo la razón? Me desconozco, nunca había experimentado esto. Creo que para ser la primera vez era muy interesante, el corazón detuvo mis ideas y dijo: Esto no es la primera de muchas veces, esto es la primera y última vez, es el tatuaje que nunca borrará, es la cadena que llevará tu alma: Es tu alma marcada.

-Ven a casa, te esperaré con los brazos abiertos, mi amor. Por cierto: Habrá silencio, pero no soledad- sonreí, esa era una frase muy mía que cotidianamente solía decirlo a mis amigos que se sentían solos o con los ánimos por los suelos.

LA NOCHE RECIEN EMPEZO

Me alumbro el calor,

Me deslumbró la pasión.

Me vistieron tus besos

Y me arrepentí con tu aliento.

Cayeron las prendas,

Cayó la inocencia.

Se iluminó la imprudencia.

Se mantuvo con decencia

Equilibramos el éxtasis del cigarrillo en su punto.

La llama nunca se quería apagar.

El viento lo alborotaba, no lo dejaba descansar

Te quiero, se escuchó en susurros por el oído.

Inicié la partida del presagio…

Caminé como 1km para llegar a su casa, lo más curioso de todo fue que no estaba agotado, creo que las ideas en el camino me habían mantenido entretenido…

-¡Se me olvidó!-rompí las ideas brutalmente, no podía llegar a su casa sin nada en manos, busqué la licorería mas cercana y compré un vino, de esos de etiqueta azul, lo escondí por detrás de la espalda y toque el timbre. Aprovechando el poco tiempo que me quedaba cuando abriera la puerta, me acomodé el cabello, arreglé mi pantalón y floté mis manos de tanta tensión.



El silencio se agota en el deseo.



Al abrir la puerta, tu hermoso rostro me dio la bienvenida, vistes el vino y sonreíste tímidamente, me preguntaste varias veces ¿Qué celebramos? Y yo te decía a susurros entre besos y licor: CELEBRAMOS NUESTRO AMOR. Nunca entendiste a este sentimiento loco, realmente yo tampoco lo entiendo, pero hago lo posible para que todo sea perfecto.

Entre copas, cigarrillos, besos y ternuras estábamos nosotros, tan entregados a lo que empezó a ocurrir.

Mis manos violaron la inocencia, el beso apasionado nos comía en cada segundo. Tu aroma me encendía locamente, mientras el vino me incentivaba con las palabras.

TE QUIERO, TE AMO se escuchaban  a menudo.

-No sueltes mi mano, por favor. No me dejes perdido, hagamos todo esto cómo tenga que ser, como haya sido escrito en nuestros sueños. Y cómo será guardado y llevado en tatuaje cómo el momento mágico que debería ser.

-No importa el cómo debe ser, lo que importa es que estamos los dos, aquí, solos y con un solo objetivo: DISFRUTAR AL AMOR.

Llevo tu amor en mi piel.

Tengo muchas ideas en mente, tengo muchas dudas acerca de lo que puede y pudo ser.

Sé muy bien lo que hoy ocurrirá. Sé muy bien a lo que me arriesgo, pero tengo fe en nuestro amor, tengo locura en lo que haremos y tengo ganas de quedarme con los recuerdos gratos.

A pesar de las discusiones y promesas fallidas que doy al terminar de cada encuentro desatinado; No es fácil sacar de encima los recuerdos tan pesados que hacen notar su existencia. No es fácil hacerse de la idea que nada ocurrió.

Es irónico decir te amo, cuando en verdad no sé si lo que siento es amor.

No sé si es amor…

No sé si es pasión…

No sé si es querer…

En realidad no sé si siento más que un te amo o menos que eso, en realidad no sé cuánto puede pesar el te amo entre nosotros.

Los besos son repentinos en tus labios calurosos que se desfogan sin un límite alguno. Las caricias van de la mano con el sentimiento recíproco que nace tan natural, el decir te amo queda enano en nuestros parpados y el sutil naranjal nos hace saborear nuestro romance.

Bañaré de locura tu piel, pintaré sobre ti el estrecho camino hacia lo mágico, rosearé amor sobre tus cabellos y la noche tan usual como siempre; Jugará el rol de lo romántico entre nosotros.

El momento eterno entre nosotros… La noche cotidiana entre la multitud.

Noche en tu piel.

Hemos designado lo que haremos, y con claridad ya lo estamos cometiendo.

El mágico y atinado desenlace de nuestros cuerpos, chocaron como mundos contenidos ante tanta gravedad. La atracción era irresistible y la explosión surgió como meteorito que impacta la tierra. La locura no parecía esconderse de los dos, si no mas bien se hacía cada vez mas presente entre nuestros actos.

Yo no pensaba en nada, ¿Y tú? –Pienso cada segundo en ti, en tus labios, en tus besos, en tus caricias, en tu rostro y en este momento- ¡Para, ya no hables más!, le dije- Estaba seguro de lo que hacía y de lo que cometía, de las causas y los efectos. Quizá y si pueda dar vuelta atrás, pero el deber carnal se lleva el 90% de mis actos. Entonces me dije asimismo: Si los deseos están hechos de necesidades entonces, el placer está hecho del cuerpo agitado que nunca quiere parar.

Los besos se fueron ofuscando ante tantas reacciones mutuas. Eh jugado con tus labios, con tu cabello y con tu perfume tan personal que te hacen diferente al demás.

Debajo del cielo, entre cosas que no se pueden decir delicadas: estamos nosotros, tan enredados, tan  mezclados, jugando en nuestros sentimientos, saciando lo que queremos y actuando con la mano en la sinceridad y en el realismo de lo que ahora estoy escribiendo.

Esto era inédito, esto era preciso, esto era esa inmensa promesa que quedo en el vacío.

Dejamos caer la inocencia y te envolviste  de imprudencia, te convertiste de pronto en algo real. Llenaste aquel desequilibrado tiempo en eternidad y así hospedaste mi vida, una vez más.

No deseo conseguir la estabilidad si no la eternidad.

No, no quiero que te vallas, quédate un minuto más. No, no, mejor quédate una eternidad allí, no amanezcas, no desaparezcas, no te escondas por los suelos o por los edificios distorsionados, No te vallas, quédate un minuto más, sólo un minuto más.

Si te vas, se pierde lo mágico

Si te vas, se va el amor

Si te vas, nada es igual

Quédate pintando el cielo, amo el color elegante que se muestra plana y sin fin. Abrázanos con tu silencio, acurrujamos en tus brazos inmensos que se llenan de ternura que se combinan con pasión y que no desprende la locura. Quédate por esas y muchas razones más.

Quédate allí, porque si te vas, se va el timbre de la inspiración…

El presagió cumplió, el sueño murió, pero el amor empezó a nacer. El corazón con la razón se pusieron de acuerdo para decir: NUNCA TE SOLTARE DE LA MANO, SIEMPRE TE LLEVARE CONMIGO, AMOR

-¿Me había enamorado? Si, así fue.

UNA CARTA INEDITA PARA TI

Las ideas en mí alrededor, no tenían color, pero derramaban tinta. Embarraron los suelos, mientras tú embarrabas el corazón. Te habías convertido en mi ilusión, eras real, pero para mis deseos eras inalcanzable. Estoy componiendo algo para ti ¿Acaso no te das cuenta?, es mejor no escribir para ti. Recién acabo de entender porque antes no lo hacía.