VI. Amaneció: comenzando una historia sin ti.

Amaneció en el corazón,

La luna se ocultó entre montañas de confusiones,

El sol alumbró las praderas del llanto.

El viento mueve las nubes, y las nubes mueven las lágrimas.

El riachuelo se lleva al corazón perdido,

Las olas replican con fuerza. La vida me zumba.

La tierra se me va, distorsionando el camino… Ya no iré contigo.

Cambiaré el rumbo: una historia sin ti.

Paisajes destrozados, edificios incendiados, tierras hechas a perder, autopistas colapsadas, casas derrumbadas… -Mi vida destruida- Todo volverá a empezar, un nuevo comienzo sin ti.

~Fueron sueños, largos sueños…

Fueron las ganas de amarte las que me mataban, fue el amor enloquecido la que me desgarraba, fueron los besos apasionados los que me mordían, fueron los recuerdos los que me emborrachaban, fueron las cicatrices las que abrían las heridas… fueron las copas las que te acercaban a mí: Fue el amor el que me llevó a la muerte.

Era el cielo rojo y el mar violeta las que me inspiraban a pensar…

Eran mis alas las que me hacían volar, y eran las ganas de verla las que me hacían buscarla. Emprendí un viaje en su encuentro. Las alas agotadas no eran escusas para parar, pero no la encontraba. Desde el hermoso cielo veía la minúscula humanidad, me sentía tan superior al resto, era increíble. Mientras mis alas recargaban combustible con tan solo pensarla en ella, mi otro lado del cuerpo estaba invadido de ideas confusas que no dejaban la marcha tranquila de las alas, me detuve y pensé –te encontraré- el dulce viento sacudió mis ideas –Es brusco, es animal, es masoquista ¿A dónde voy?- me cuestionaba- Una parte de mí la quiere volver a ver; sin embargo, la otra parte me reclamaba el alma. ¿El alma?- todo empezó a encajar lentamente.

Las alas se desplomaron, los sueños se cayeron y yo también –Mi alma se está perdiendo, ¿A caso es que estoy muerto? ¿Estoy muerto?- el pánico me invadió, el miedo también, no quiero estar muerto, no quiero morir tan joven. Repentinamente llegó su rostro a mi mente ¡MAFER!- ¿Eh muerto por amor? ¿Fue la sobredosis la qué me mató?-No fue la sobredosis… Fue el intenso amor el que me llevó a la muerte

Fue ese amor punzocortante el que me despertó.

DESPERTAR: Voces dulces susurran al oído.

Tras varias horas; tras una eternidad. Comprendí que el alivio era olvidar, y que el recuerdo era “ya no pensar”.

Aunque el corazón siga latiendo, yo me sentía muerto.

No pensé despertar de este sueño, no pensé encontrarme de nuevo con el dolor. Tenía algo de miedo, lo acepto. Pero trataba de huir cobardemente del llanto, el suicidio se había convertido en una decisión importante. Mi vida no pesaba nada frente a ella, nada.

Sentí como la muerte me consolaba, sentí sus brazos cubijándome, sentí su dulce sabor amargo de no volver a abrir los ojos, eso me llenaba de impotencia y de cólera, pero alguna parte de mi sabía que morir era mejor a seguir soportando el dolor. Era como una enfermedad, me consumía lentamente, apoderándose de mí cautelosamente, dejándome inválido y sin fuerzas para luchar, pero ya ni ganas tenía de luchar, sólo quería que esto termine de una vez.

~ Voces dulces susurran al oído…

Desperté entre la muerte.

Los primeros parpadeos me pesaban, pero la curiosidad de ver con claridad esas siluetas de colores me ayudaron a parpadear seguidamente, estaba sobre la cama, frente a Alexis, Paulo, Luciana, Rodrigo y Romina. Un viento refrescante sacudía mis emociones, la sensación del mar me hacía sentir cerca –Estoy en la casa de Alexis- pensé.

Me entró algo de nostalgia, sentía como un cubito de hielo dentro del corazón, un aire refrescante bañándome por dentro, sentía que la piel racionaba frente a mis instintos y aunque no esté enamorado, lo sentí por un momento.

-Era el sentimiento de la amistad- susurró el viento, susurró el corazón reviviendo.

Tomé el teléfono de mi bolsillo, llamé a mamá con algo de preocupación. Timbró… Contestó.

Le dije que estaba un poco mal de salud y que no se preocupara de nada, estaba en la casa de Alexis y todo marchaba bien, pero que no podía retornar tan pronto a casa por falta de combustible (mentí).

Me quedé frente a mis amigos. Conversábamos, reíamos y unos que otros me decían “me preocupe mucho por ti”.

De poco en poco, a media que la noche va volviendo algunos se iban retirando. Tomamos lonche y finalmente Luciana se retiró. Me quedé solo con Paulo.

El viento y el silencio entraban por la ventana…

Paulo se levantó de la cama y el silenció paró.

-¿Lo hiciste por ella, verdad?- Me cuestionó.

No sabía que responderle, tenía miedo de mis palabras, estaba decidido (ahora sí) ah olvidarme definitivamente de Mafer.

-Paulo, no sé qué responderte. Estoy en dudas, lleno de cólera y furia. Nunca pensé tener en cuenta al suicidio, nunca imaginé desperdiciar una vida por alguien… Siento vergüenza de mí, no debí de hacerlo- limpie algunas gotas de lágrimas que caían de tanta sinceridad, proseguí- Me sentía vacío, lleno de dolor y frustración, no sabía cómo parar es agujero en el corazón y no tome la decisión mas oportuna. En cada vaso que bebía, parecía tenerla mas cerca. Sabía a lo que me arriesgaba y por eso lo hice.

-¡Para! Ya no sigas- Se acercó lentamente y lloró junto a mí, siguió- Pobre tu corazón, pobre tu alma. Echar todo a la borda por alguien, qué miserable…

El oído se hizo sordo…

Sí que la  verdad duele, pero es la realidad.

VERANOS ETERNOS EN EL CORAZON.

Con pies descalzos caminé hacia la bienvenida del sol.

La silueta de mujer se halla encima del muelle. –Era Romina- pensé, sus alborotados cabellos rizos y su figura fenomenal eran evidentes de quien era. Me vio llegar, su figura sexy me abrasó y después de largos minutos (mientras la luna y el sol no decidían coordinar). Comentó.

-Es Fantástico. Casi imposible de imaginar, cuándo la noche se fusiona con el naciente día, cuando las luces de los faros y de los alumbrados púbicos se hallan confusas como perdidas entre la noche y el día, cuando el azulino nubloso y poderoso se impone entre casas y edificios, dificultando la visión, pero dando la bienvenida a la madrugada.

-Increíble-Le contesté… entonces, pensé -Vivo una madruga en el interior. La noche hostil son los “recuerdos” que se van degradando poco a poco con la llegaba del sol que refleja “un volver a empezar”, las neblinas aún se quedan allí, como miedo imprentado en la piel. Y los alumbrados públicos son como yo… perdidos entre el sí y el no. Pero por las leyes de la naturaleza llegará el sol y las neblinas se irán- susurré con optimismo –Espero el sol nunca se valla en mí, tal vez el verano se propague por todo el corazón y así: se vuelvan eternos.

 -Eso fue mejor que el mío –comentó con algo una sonrisa pintada en su rostro.

-Lo siento-contesté- Tal vez sea la magia de la madrugada la que me haga pensar en voz alta.

-No, tal vez fueron esas ganas de cambiar las que te hicieron hablar.

-¿Y tú cómo sabes eso?- contesté, en realidad la estaba subestimando.

-No me subestimes Axel. Eh cometido muchos errores y a veces vivo bajo muchos “no sé”, te comprendo por lo que has pasado. Yo sufrí por amor, viví por amor y cuando todo se terminó, me sentí desnuda, casi sin nada. Casi muerta por amor…

-Fueron tantos años sin saber nada de ti… Fueron tantas verdades que necesito saber de ti, continua por favor, ¿qué pasó? –Le casi supliqué. Me sentía mal con ella, me deje guiar por su comportamiento liberal, que sólo pensaba en sexo cuando la veía.

-Me enamoré como nunca antes lo había sentido. Me entregué a él en todos los sentidos, nuestras vidas parecían marcadas por un solo rumbo, todo hacía indicar la flor del amor. Hacíamos el amor todos los días, él me hacía feliz con un solo te amo en pleno coito. Era alucinante vivir ese amor con él- tomo una pausa y luego prosiguió- El me engañó. Comenzó a cambiar poco a poco, sus besos no eran los mismos, y cuando hacíamos el amor ya no me decía “te amo” sólo se preocupaba en él. Todo había marchado mal.

Hasta que un día no lo pude resistir más, lo seguí. Lo encontré con otra chica, no sabes cómo me afectó, tenía tanto miedo de perderlo, pero a la vez tenía el corazón lleno de cólera por su traición. Corrí hacia él, nada me importó en ese momento, me eché encima de ella y la golpeé, él me separó. Me subió al auto, el dejó a la chica allí y entro furioso, aceleró rápidamente, yo gritaba, le reclamaba, él no me decía nada. Llegamos a un hotel, y allí pasó lo peor… Me sepultó en vida diciéndome: Ya no te amo, esto quedo aquí. Él se fue, me dejo sola, me cubrí con las sábanas del miserable cuarto, dormí allí, pase 2 días en ese mismo hotel; El nunca regresó. Fue el inicio de mi miserable vida –Se tomó otra pausa, ahora ya no continuó. Se tragaba la saliva de la garganta y se limpiaba las lágrimas que habían caído en su discurso.

-tranquila, Romina- Acaricié sus cabellos y traté de apaciguarla en mi hombro, pero los deseos de saber lo qué pasó después, me obligó a volver a la conversación- ¿Y cómo te recuperaste?- pregunté.

-No fue tan fácil Axel. Estaba en las garras de las drogas…

-Y cómo llegaste a parar allí.

-No lo sé, creo que el dolor me llevo rumbo a esos caminos. Era una anestesia deliciosa, mientras inhalaba cocaína también inhalaba su amor, lo sentía tan dentro de mí, aunque sea por un momento.

-Me siento un muchacho estúpido a tu costado.

-No, nada que ver. Eres más bien un dichoso a mi costado.

Las aves emprenden el vuelo…

Los sueños recién comienzan a despertar…

-¿Qué pretendes ahora hacer?-preguntó.

Respiré fondo y contesté -Creo que es hora de abrir los ojos, fui un tonto ciego durante mucho tiempo. Estuve al borde de la muerte y no sabes cuan mal me sentí. Durante ese sueño largo pensé en todo, y… CAMBIARE DE RUMBO. Iniciaré una historia sin ella.

-Es lo mejor.

-Es la razón la que me obliga a olvidarla…

-¿Y el corazón?- preguntó.

-Y el corazón… Ay el corazón… aún no quiere despejarse del amor que un día fue. Siente que el dolor es la única manera de tenerla cerca y no olvidarla.

-Pobre tu corazón, siente que aún todo el daño causado será recompensado.

-Pobre iluso soñador…-respondió una vez más la razón.

Ya no habrá lágrimas por debajo de la almohada.

Ya no habrá armas que ataquen al corazón.

Ya no habrá pastillas que me hagan dormir por evitar el dolor.

Ya no habrá pesadillas por la media noche

Ya no habrá recuerdos de ella. Ya no habrá.

Llegó el alivio al corazón.

Memorias frágiles es lo que quedó de los dos.

En el mar quedaron mis lágrimas y los recuerdos...

Adios Mafer

psdtt: Te olvidaré